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miércoles, 23 de noviembre de 2011

VALENCIA: Las trescientas doncellas

    Cuentan las gentes que Jaime I prometió a sus soldados antes de acometer la toma de la ciudad de Valencia que los primeros en entrar merecerían el honor de repoblar la ciudad con mujeres traídas de sus pueblos de origen. Fueron tres leridanos sobre los que recayó tal distinción, y así se hizo venir a trescientas doncellas leridanas. Produciéndose inmediatamente siete matrimonios cuyas cabezas e iniciales pasaron a la posteridad esculpidos en piedra en la Puerta del Palau de la Catedral Valenciana."


VALENCIA - CATEDRAL


    «...La puerta del "Palau" es la parte más antigua de la Catedral. Según algunos autores es obra de Arnau Vidal entre los años 1260-1270.Para otros , es anterior a la construcción de la nueva catedral y se realizaría en los primeros años para derribar el mihrad, la parte más sagrada de una mezquita.

    Situada en un cuerpo saliente, está compuesta por un arco de medio punto, primorosamente trabajado y por seis elegantes arquivoltas. La primera decorada con ángeles y serafines en baldaquinos o doseles arquitectónicos en disposición continua (gótica).Y las restantes con motivos vegetales y geométricos: puntas de diamante festones lobulados, dientes de sierra y delicados follajes con abundante uso del trépano. Sobre ellas un guardapolvo finamente labrado. Se remata con un tejaroz sostenido con canecillos de cabezas humanas.

    Estas cabezas representan , según la tradición, a los siete matrimonios que se encargaron de conducir desde Lérida a Valencia a las setecientas doncellas que serían las esposas de los primeros pobladores cristianos. Conservan restos de policromía y sus nombres aparecen en unas cartelas situadas entre cada pareja: Pedro y María, Guillén y Berenguela, Ramón y Dolça, Francisco y Ramona, Bernardo y Floreta, Beltrán y Berenguela, Domingo y Ramona...» 


   "...estas marcas son un enigma, hace tiempo preguntamos al canónigo obrero de la catedral sobre ellas y él las atribuía a los mendigos que se asentaban en esa parte de la puerta, tal como aparecen en las antiguas fotos de Laurent y que afilaban allí sus navajas, otra atribución es a los niños que afilaban las puntas de sus peonzas.
    Hay leyendas, me parece que repetidas en algún otro templo en suelo español, que dicen fueron provocadas por el diablo en su vano intento por entrar en el recinto sagrado.
    Históricamente se ignora su origen, causa o intención, aunque dan para una serie de leyendas románticas."
 

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