Al final de la dominación árabe, Alboloduy estaba dividido entre dos señores. Perea, cristiano, que mandaba en la margen izquierda del río Nacimiento y Joraique, morisco, que señoreaba el Montenegro. Entre los dos surgían constantes disputas por conseguir la preferencia de abrevar sus ganados en las orillas del río.
Un día se desafiaron a luchar en un lugar determinado; el moro Joraique se presentó armado de una formidable espada pero Perea, con una actitud rayana en la cobardía, juzgó más prudente no hacer acto de presencia en el lugar de la cita. Joraique se encolerizó al comprobar que su rival no se presentaba y sacando su espada, para dejar constancia de su presencia, le arreó unos cuantos mandobles a la roca que tenía más cercana, desde entonces este lugar se llama de las cuchillás. Aún se conserva en el Montenegro un peñón que se llama de Joraique , y que se encuentra cerca del término municipal de Nacimiento y que en aquellos lejanos tiempos pertenecía a Alboloduy. En el Campillo hay un trozo de tierra que se llama Haza de Perea y que recuerda a aquel moro que no quiso luchar.
(Manuel F. Matarín Guil y Julia Abad Gutiérrez: Etnografía y Folklore en un medio rural. Alboloduy (Almería). Almería, IEA-Ayuntamiento de Alboloduy. 1995; pág. 177) |
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